Errores que cometo al jugar con mi hijo
9 Errores que cometo al jugar con mis hijos y que les pueden dañar a nivel psicológico:
Primer error: Dirigir el juego de los niños
En muchas ocasiones, tendemos a dirigir el juego de los niños, como si nosotros tuviéramos que “enseñarles a jugar”. Nosotros jugamos como adultos.
Los juegos de adultos son aburridos para los niños.
Una mamá de mi consulta me decía: “Con mi hija de 6 años siempre que nos ponemos a jugar terminamos discutiendo, porque me cambia las reglas de los juegos sobre la marcha y empieza con una cosa y luego cambia a la otra”.
En el mundo de los niños todo es posible, las reglas de los juegos cambian. El niño decide cuándo y cómo juega y cuándo deja de jugar. El juego libre es espontáneo y el niño disfruta del proceso, sin llegar a ningún fin y sin buscar un resultado. A partir de los 7 años es cuando los niños empiezan a jugar buscando un resultado, una meta concreta.
Cuando esta madre comprendió esto, empezó a respetar los juegos de su hija, siguiendo el ritmo de la niña y disfrutando de lo maravilloso que es jugar como una niña.
Otro punto a tener en cuenta es si “cambiar las reglas implica permitir hacer trampas”, entonces lo ideal es explicarle que deben respetarse los turnos y las normas del juego ( en juegos estructurados) .
Segundo error: Ser impacientes
Como adultos, las prisas forma parte de nuestro día a día , llevamos un ritmo frenético que es incompatible con el ritmo de los niños. Es un error que debemos evitar.
Debemos seguir su ritmo, tener paciencia para dejarles terminar de hablar o dejarles que encuentren la solución por si mismos.
Una posible solución es , por ejemplo si tenemos una tarea pendiente por terminar y nos estamos desesperando porque nuestro hijo no avanza en el juego, podemos decirle: “tómate tu tiempo que mamá vuelve en un ratito” . De esa forma no sentirá presión por terminar su acción y se sentirá muy bien al ver que lo ha conseguido él sólo sin ayuda.
Tercer error: Rectificarles y corregirles
Este es el error que más puede dañar la autoestima de nuestros hijos: estar continuamente corrigiéndoles y diciéndoles cómo hacer las cosas correctamente.
Si les rectificamos continuamente al jugar y les decimos cómo hacer las cosas estamos anulando su espontaneidad y su creatividad.
“No se me ocurre nada, no me vienen las ideas”
Un niño que crece en un ambiente así, se convertirá en un adulto que continuamente preguntará “¿Cómo lo hago?”. Posiblemente será un adulto que se bloqueará cuando le pidan en un futuro hacer un trabajo de forma libre, sin directrices.
Un ejemplo es lo que me decía un padre en otra de las sesiones:
“Estoy muy contento porque mi niña de 3 años se entretiene mucho pintando, pero claro, le digo que no tiene que salirse por los bordes, que lo tiene que pintar con los mismos colores que viene en el dibujo. Y en esto no me obedece, es cabezota y lo tiene que pintar siempre como ella quiere”.
Otra de las consecuencias de corregirles y señalarles continuamente los errores es que fomentará desconfianza en ellos mismos, y crecerán con baja autoestima e inseguridad.
Que sean ellos quienes se dan cuenta de sus errores
Es mucho mejor que sean ellos mismos lo que se den cuenta de los errores porque eso no les daña su autoestima. Aquí es útil facilitarles juegos con “control de error”, que son aquellos que sólo pueden usarse correctamente en una sola posición. Ej: las piezas del púzzle sólo encajan en una determinada posición.
Juegos estructurados:
En los juegos estructurados,como son los juegos de mesa, si es importante hacer de guía para enseñarles “las instrucciones del juego”.
También será una buena oportunidad para enseñarles a respetar turnos a seguir unas normas del juego.
Cuarto error: Ignorar sus necesidades
Los niños pasan por determinados “ periodos sensibles” en los que tienen ciertas necesidades que deben cubrir.
Si el niño no cubre su necesidad, se mostrará ansioso e irritable.
Un niño de 1 año y medio, por ejemplo, puede tener la necesidad de “Tirar cosas”.
Este niño no tiene la intención de romper el juguete o de molestar al adulto, sino que está entrenando su habilidad de lanzar cosas, le interesa escuchar el ruido que hace al caer, o ver cómo actúa su papá en ese momento.
Esto no significa que le tengas que permitirlo todo. Lo adecuado es permitirles tirar aquellas cosas que seleccionamos nosotros y en el contexto adecuado. Tirar objetos blandos que no se rompen y en su habitación, por ejemplo.
También llegará el momento en el que el niño tendrá que cubrir su necesidad de saltar, de correr, de apilar cosas unas encima de otras, de querer hacer todo por sí mismo sin ayuda, etc.
Las necesidades del niño van cambiando a medida que va creciendo
Cuando el niño ya tiene cubierta esa necesidad, pasará a interesarse por hacer otras cosas. Las necesidades van cambiando con el tiempo, a medida que el niño sacia su necesidad.
Quinto error: Obligarles a jugar con determinados juguetes porque son los “esperados para su edad”.
Muchos padres no respetan las necesidades de sus hijos.
Se empeñan en que sus hijos se sienten en el parque a jugar con el cubo y la pala, como el hijo de su amigo.
Se frustran cuando el niño no hace caso de los juguetes y sólo quiere ir a dar vueltas. Incluso llegan a pensar que su hijo no puede concentrarse o que tiene algún problema de hiperactividad.
Hay niños que necesitan la acción, estar en continuo movimiento
Estos papás tienen que respetar que su hijo necesita estar más en movimiento, ya que quizás tenga un temperamento mucho más sanguíneo y necesita explorar y moverse.
No estar pendiente de las necesidades de tu hijos y ponerle actividades que conlleven estar quietos cuando su cuerpo lo que necesita es expandirse, puede ocasionar problemas de comportamiento y tensiones innecesarias en el ambiente familiar.
También puede ocurrir lo contrario, si el niño es más tranquilo y se le ofrecen juegos y actividades que implican más esfuerzo físico del que su cuerpo puede hacer, acabará agotado, cansado y llorando.
Sexto error: Entretenerles continuamente , convirtiéndonos en sus “monitores de ludoteca”
Muchas veces, el sentimiento de culpa de los padres por no pasar suficiente tiempo con sus hijos hace que se conviertan en su fuente de entretenimiento constante.
Estos padres, cuando están con sus hijos , están sobrestimulándoles continuamente, acompañándoles en todo y creando un escenario ideal para que su hijo no se aburra.
El aburrimiento hace que el niño use su imaginación y sea creativo
Es importante que los niños tengan momentos de aburrimiento, porque es entonces cuando surge en ellos la creatividad.
Es cuando usan la imaginación para buscar sus propias fuentes de entretenimiento.
Si no les damos esta opción y les iniciamos siempre el juego , no entrenarán la búsqueda de alternativas al aburrimiento.
Séptimo error: Proporcionarles en exceso “juguetes que juegan solos”
Juguetes con música, luces e imágenes son juguetes que juegan solos.
Estos juguetes no dejan opción a que el niño trabaje su imaginación y dejan poco margen a la creatividad.
Por ejemplo, si le damos a un niño un móvil de plástico, lo usará para el juego simbólico de llamar a alguien.
Si le damos una caja de cartón con las mismas dimensiones, su imaginación le dará mil usos, un coche, un teléfono, una cueva para animales, etc .
Por eso oímos tanto la frase de “mi hijo estuvo más tiempo jugando con la caja de cartón que con el regalo”.
Cuanto más hace un juguete, menos hace la mente del niño.
Los juguetes que hablan sólos , en los que únicamente el niño tiene que pulsar un botón para entretenerse con música, luces, etc entorpecen el desarrollo de su imaginación, pueden ralentizar la adquisición del lenguaje y además, hacen que los niños se aburran enseguida.
Octavo error: Jugar siempre en espacios cerrados
En la medida de lo posible tenemos que favorecerles espacios abiertos para el juego y en contacto con la naturaleza.
El niño generará otro tipo de juegos diferentes a los que crea en casa y además le ayudará a eliminar estrés y a estar más feliz.
Jugar en la naturaleza tiene muchos beneficios para los niños
En la naturaleza el niño se relaja, respira aire puro y se siente bien.
El niño aprende y practica muchas habilidades.
Si está con otros niños, el juego en la naturaleza se fomenta el trabajo en equipo y además es un contexto donde no hay juegos “para niños” y juegos ” para niñas”. Elimina la división entre ellos ,porque todo es para todos.
Se expone a riesgos y obstáculos en el campo que resolverá usando su imaginación y realizará mucho ejercicio físico.
En contacto con la naturaleza niño juega libremente y lo más importante: no se aburre nunca.
Noveno error: Querer que lo sepan todo ya, explicándoles los trucos de magia o evitando la fantasía.
Algunos padres se impacientan y quieren enseñarle a sus hijos todo lo que saben los mayores.
Si les damos los trucos de magia les estamos privando del asombro que sienten al ver la actuación de un mago.
Pero hay muchos otros ejemplos: al contarles la verdad sobre Papá Noel, les quitamos su ilusión.
Estamos adelantando etapas, privándoles de su infancia.
Si los niños son tan felices es porque son capaces de liberarse rápido del orgullo y porque se sorprenden por una gran cantidad de situaciones.
Hasta los siete años aproximadamente tienen el pensamiento mágico. Poco a poco lo perderán, pero durante ese tiempo les hemos dejado ser niños , disfrutando del asombro de descubrir lo maravillosa que es la vida.
Artículo escrito por psicólogas del Equipo del Instituto de Psicología Psicode
Gracias encanto!Besotes
Es verdad que muchas veces hacemos este tipo de cosas sin darnos cuenta.
También es que nos han educado de otra forma.
Ahora las cosas están cambiando a mejor y a los niños se les trata muy bien y se les tiene en cuenta.
Es muy bueno el artículo.
Como psicóloga lo que más me ha interesado desde siempre es la capacidad del ser humano para aprender, lo cual se hace especialmente evidente en los niños cuando están jugando. La principal función del juego es que los niños puedan aprender las distintas habilidades que le serán útiles a medida que se desarrollan (sensoriales, psicomotrices, emotivas, procedimentales…)
Me encanta la idea de que cuanto más abstracto sea un juguete más útil es para el niño ya que le permite aprender a desarrollar distintas capacidades.
Por otro lado, se me ocurren otros errores, bastante comunes, que se producen a la hora de elegir los juguetes y que afectan a este desarrollo como por ejemplo:
1) comprar o regalar juguetes teniendo más en cuenta el sexo del niño o niña que sus propios intereses. Cuando alguno de nuestros hijos tiene un cumpleaños tendemos a comprar Lego’s y coches para los niños y muñecas para las niñas.
2) elegirlos en función de las modas lo cual hace que el niño pierda el interés cuando la moda cambia (ayer fue Pocoyó,Peppa Pig, hoy la Patrulla Canina o Frozen y mañana será otra cosa).
3) Posiblemente el más perjudicial, promover el uso de móviles o tabletas como juguetes, porque desplazan el uso de otros juguetes, limitan la capacidad imaginativa de los niños y su actividad física, además de promover la impulsividad ya que cualquier acción por su parte produce una respuesta en el dispositivo inmediata.