Ser una persona dependiente (No puedo vivir sin…)
“La historia del calentador de agua caliente”
Es la historia de un señor al que se le estropeó el calentador de agua en mitad de las navidades, en días festivos cuando no tenía a nadie que se lo pudiera arreglar. Se desesperó buscando a alguien que le arreglara el calentador hasta que finalmente consiguió un servicio de urgencias. El técnico fue a su casa para intentar solucionarlo, pero para ello necesitaba una pieza nueva. Tendría que pedirla a la fábrica y siendo fiestas navideñas la pieza tardaría al menos una semana en llegar. Este señor se desesperó, gritó y sufrió pensando en ello.
Finalmente llamó a su psicólogo desesperado porque no era capaz de bañarse con agua fría. El psicólogo le dijo: “ Millones de personas en el mundo se bañan con agua fría, ya sean por obligación o porque quieren. Como veo la cosa, el agua caliente tiene un poder enorme sobre usted porque le está absorbiendo la energía y tranquilidad. Quítele ese poder. Si logra bañarse con agua fría, ya no estará tan pendiente de si le arreglan o no el calentador, dejará de ser imprescincible y determinante para su bienestar. NO se deje manipular por un calentador, no dependa de él para siempre” .
Tras esta conversación reflexionó sobre lo que su psicólogo le había dicho y actuó en consecuencia, de modo que durante los tres días siguientes, el paciente decidió ducharse con agua fría unas veinte veces y , mientras estaba bajo el agua gritaba una y otra vez: ¡No me vas a ganar!, ¡no me vas a ganar!.
El agua caliente llegó a la semana, sin dramatismos por su parte.
Hoy, una vez a la semana, se baña con agua fría para no perder la costumbre, y lo disfruta.
Reflexión:
Los apegos ( dependencias psicológicas ) que nos molestan y amargan la vida no tienen por qué ser trascendentales. La mayoría son problemas sencillos del día a día.
Recuerda que el apego se impone porque deseas o necesitas algo de lo cual no podrías prescindir o renunciar si realmente quisieras: allí radica su poder.
La mente de este señor dio un giro: Ya no necesitaba imperiosamente el agua caliente. La prefería, es verdad, pero con un mínimo de esfuerzo podía vivir sin ella. Había roto el mito de la imposibilidad.
Puedes hacer lo mismo con cualquier otra necesidad irracional: afrontarla e intentar prescindir de ella, a ver qué ocurre. Intentarlo como un reto o un desafío: “Puedo estar sin ti, de verdad y sin excusas”.
Walter Riso “Desapegarse sin Anestesia”
Todo esto te hace reflexionar sobre el excesivo valor que le damos en nuestro día a día a muchas cosas y personas, llegando a olvidar que, aunque lo que nos rodea es muy importante, lo más valioso que tenemos somos nosotros mismos, nuestras capacidades y habilidades para salir adelante, para disfrutar, para ser feliz!!!
Excelente respuesta Isabel
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Que buena historia