¿Ayudar o Castigar? Educación con apego.

---

Afortunadamente,  el modo en cómo educamos a nuestros hijos está cambiando.

Atrás quedó el estilo autoritario, los castigos, los dichos antiguos de “no le cojas en brazos que se acostumbra” o “ déjale llorar que si no le malcrías”.

Desde Psicode, ayudamos a los padres y madres a educar a sus hijos en positivo,  promoviendo la educación con apego .

Se puede educar a los hijos desde el cariño, el respeto , entendiendo sus necesidades y enseñándoles a gestionar sus emociones, en lugar de hacerles sufrir con castigos que  no entienden.

Un buen ejemplo de cómo aprender a educar en positivo es:

“Ayudar al niño a portarse bien” en lugar de “Castigarle si se porta mal”.

Veamos dos ejemplos:

Mama: “Daniel, ponte los zapatos tenemos que salir a la calle”. Daniel sigue jugando.

Mamá: “¿Danieeel?, ¿Has oído a mamá? ¿Qué te acabo de decir?” (Aumenta el tono y el enfado de mama)” Daniel no te lo digo más veces, ponte los zapatos!!!”

 Daniel mirá a su mamá  pero no se levanta a por sus zapatos.

Mamá: “Daniel o te pones los zapatos o te tiro el juguete a la basura ( a grito pelao)!!!!!”

Resultado de la situación:
 Mamá enfadada  le quita el juguete a  Daniel y le pone los zapatos bruscamente.  Daniel llora y salen los dos de casa enfadados para “disfrutar” de su paseo.

¿Cuantas veces nos vemos repitiendo una instrucción a nuestros pequeños y no hay forma de que nos hagan caso? Aquí os proponemos una nueva filosofía de educar en positivo:

OFRÉCELE TU AYUDA:

Cuando nuestros hijos no obedecen, lo adecuado es  ofrecerles nuestra ayuda para que puedan obedecer. “Te voy ayudar a que se cumpla mi instrucción”.

“Yo te ayudo” significa que se va a terminar lo que estás haciendo y vas a realizar lo que mamá dice.

Significa además que yo, mamá adulta y responsable, sé que para ti ( que sólo tienes 3 años)  no es fácil dejar de jugar para hacer lo que te pido, y por eso estoy contigo para acompañarte y ayudarte  cuando algo te cuesta.

El niño aprende rápido cómo su madre “le ayuda a portarse bien”. Le gusta esta forma de actuar de mamá  y es curioso cómo , con el paso del tiempo, ellos mismos dicen “¿me ayudas?”  cuando su mamá les pide algo que no quieren hacer.

En el momento en que su madre se acerca, es el propio niño quien lo hace ( sin ninguna ayuda).

A medida que pasa el tiempo, las instrucciones se convierten en hábitos, ellos ganan autonomía y van haciéndolo por si solos y todo eso sin gritos y sin culpa.

Analicemos el mismo caso de Daniel con la estrategia “Yo te ayudo”:

Mamá: “Daniel, ponte los zapatos tenemos que salir a la calle”. Daniel sigue jugando

Mamá: (Mamá se acerca con mucha calma, sin ninguna emoción, con un tono afirmativo)  “Mamá te va ayudar a ponerte los zapatos”.

Daniel sigue jugando y su mamá le retira con cuidado el juguete, le toca suavemente la cabeza y  le dice “al terminar de ponerte los zapatos puedes volver a coger el juguete”. 

Mamá coge el zapato y facilita que sea él quien se los ponga ( siempre que el niño sepa hacerlo por si solo).

Resultado de la situación: Daniel tiene los zapatos puestos y sale con su mamá salen a pasear. Lo más importante es que los dos salen de casa con buen humor.

Mamá mantiene su credibilidad, pues no  amenaza  al niño con tirar un juguete (que finalmente no tira a la basura)  y la culpa no machaca a la mamá esa tarde.

Os animamos a probar el experimento: cuando vuestros hijos no os hagan caso, antes de perder la calma  y castigar, ofrecerles vuestra ayuda para realizar la instrucción. 

Es un camino que os hace la vida más fácil y más feliz.

Estando en Psicode, una madre me dijo una vez en la consulta, “yo no puedo estar perdiendo el tiempo todo el rato en ayudarle a hacer cosas que ya sabe”. Mi respuesta fue:  “pues piérdelo en gritarle y castigarle“.

Madres del mundo, nuestros hijos se harán mayores, cambiarán de etapa y seguro que sabrán ponerse los zapatos solos, solo es cuestión de paciencia, calma y educar con cariño.

Escrito por Martín y García, equipo de Psicode.