De bien a mejor ( mi opinión en la terapia en Psicode)
Mi opinión de Psicode
Nadie se podría imaginar que yo sería el perfil de persona que acude a un psicólogo.
¿Por qué? Tal vez por mi optimismo, dinamismo, energía y mi peculiar manera de relativizar los “problemas”.
Mi permanente sonrisa tampoco ayuda a que mi “tristeza” reluzca, pero muchas veces lo que ocurre dentro de mí es diferente a lo que se expresa, porque aunque todo vaya bien, por dentro sientes inseguridad, miedo, vulnerabilidad, y la perspectiva de las cosas se tambalean sutilmente por una cuerda donde ni un funambulista se siente seguro.
Acudí a PSICODE, un sitio confortable, lleno de color, de vida y de energía positiva, además de que siempre te abren la puerta con una sonrisa, eso siempre alegra.
No es fácil sentarte y a un desconocido contarle las cosas que no le has contado a nadie. Pero ese desconocido, es decir, la psicóloga me transmitió confianza, aunque al principio es raro que de todo lo que dices tomen nota como si tú fueras el profesor y ella el alumno desesperado que no se quiere perder nada, pero sorprende la capacidad de anotar, de buscar la complicidad en la mirada y recapitular todo para extraer las partes comunes de todas esas cosas y detectar las cosas que hay que trabajar y mejorar.
¿Qué me estaba pasando?
Mi tristeza no era funcional sino interiorizada, por lo que se estaba convirtiendo en una característica más de mi personalidad llevándome a perder gran parte de mi autoestima.
Hay que reconocer que cuesta un poco ver la realidad y darte cuenta de que hay cosas en las que estás errando y no te estás ayudando a ti misma.
Sesión tras sesión y ejercicio tras ejercicio he aprendido a conocerme mejor.
He aprendido a mirarme a mí y al mundo con otras gafas que me ayudan en mi día a día a canalizar las energías, los problemas y las soluciones.
¿Quiénes necesitan ir al psicólogo?
Sinceramente, creo que toda persona debería ir a un psicólogo porque te ayuda a ver desde varias perspectivas y a crear la tuya propia.
Ayuda a no olvidarte que la solución parte de ti y te da las técnicas necesarias para poner en práctica lo aprendido.
Además de que te ayudan a caminar en un laberinto donde si llegas a la primera, a la quinta o no llegas, que no suponga un fracaso sino un aprendizaje, porque somos personas.
Mi objetivo no era salir de ese laberinto, pero me ofusqué en que tenía que salir y solo veía que no salía.
He aprendido que mi objetivo es perderme en ese laberinto, y si no salgo nunca seré igual de feliz que si salgo, porque estoy donde quiero estar y como quiero estar.
Gracias a Psicode, porque lo que para mí era un drama se ha convertido en una experiencia gratificante y ha añadido un grado de madurez a mis 29 años, además de una tranquilidad frente a posibles adversidades, conservando mi esencia.
Creo que soy mejor persona, y la gente que me rodea ahora sí que me dice, por fin veo tu sonrisa sincera.